La seguridad en montaña es un tema candente en la actualidad. No pasa un día sin que nos encontremos alguna noticia sobre incidentes, más o menos graves, relacionados con rescates, senderistas, montañeros, ciclistas de montaña, etc. Una tendencia que tiene que ver con diferentes causas, tales como la falta de experiencia, la escasa preparación física y técnica o el aumento masivo de aficionados a los deportes de montaña. Y que, en vista de que la montaña no cambiará nunca su naturaleza hostil, solo puede invertirse a través de campañas de información y prevención.
La FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada) , por ejemplo, lleva tiempo preocupándose por desarrollar unas pautas de comportamiento en base a las causas más comunes que originan los accidentes en montaña. A este conjunto de normas lo denominan ‘Código de seguridad para las salidas a la montaña’. El objetivo pasa porque los asiduos al monte puedan divertirse y, a la vez, garantizar su protección… si respetan los siguientes pasos:
1- Prepara tu itinerario
- Elige el itinerario con tiempo. Evita la improvisación y cambia de ruta si adviertes que no reúne condiciones adecuadas para tus capacidades. No escojas por impulso aquello que otro haya conseguido. Toda elección debe equilibrar el puedo, debo y quiero. El reto conseguido por otro es el suyo, cada uno debe saber cuál es su reto y su momento de enfrentarse a él.
- Marca o señala tu ruta sobre un mapa. Esto te ayudará a situarte en el terreno de forma precisa, a seguir el itinerario sobre el mapa y, además, te permitirá encontrar rutas alternativas o de escape ante cualquier eventualidad.
- Pregúntate si tienes suficientes habilidades para orientarte en el entorno donde se desarrolla el itinerario. Acostúmbrate a seguir el itinerario sobre el mapa cuando lo realices por primera vez, interpretando el terreno.
- Calcula los datos básicos de la ruta: desniveles, distancias y horarios adaptados al grupo/deportista. Aplica los tiempos de descansos y un 20% de tiempo extra de seguridad. Adapta el horario de la actividad para terminar con suficientes horas de sol por si sucede una incidencia a última hora de la actividad programada.
- Utiliza el sentido común para detectar las dificultades técnicas especiales: zonas donde te puedas despeñar, cruces de ríos, terreno nevado, pasos enriscados, terrenos privados, animales peligrosos…
2- Equípate correctamente
Todo lo que no hayamos echado a la mochila no podremos utilizarlo. Prepara el equipo que vayas a necesitar. Habrá muchos “por si acaso” que sólo la formación y la experiencia nos enseñarán a delimitar, pero, con nuestra seguridad en montaña en juego, intenta siempre pecar de conservador. El material lo podemos organizar en:
- Vestimenta y calzado según la actividad. Imprescindible llevar tres capas: una prenda transpirable pegada al cuerpo, una chaqueta térmica (tipo forro polar o similar) y una chaqueta impermeable. Sus capacidades térmicas, nivel de transpirabilidad y de protección ante el agua y el viento tendrán que adaptarse a las condiciones atmosféricas esperadas. No olvides tanto la protección contra el sol (crema, gafas, gorra) como para sobrellevar las bajas temperaturas (guantes, gorro, bragas,…).
- Avituallamientos. Agua (en cantidad adecuada a la temperatura prevista), así como las probabilidades de encontrarla en el camino; y comida (disponer de algo de comida extra de fácil asimilación, tipo geles/barritas de urgencia).
- Material de primeros auxilios, seguridad y supervivencia. Debemos llevar un botiquín, manta térmica suficientemente grande y resistente para construirnos un refugio de emergencia, un frontal de montaña, vela y mechero. El teléfono móvil con la batería cargada y apagado.
3- Revisa la previsión meteorológica
Cuando revises la previsión, hazte las siguientes preguntas: ¿Va a llover en el recorrido? ¿Cuánto y cómo va a llover? Atención particular a las probabilidades de formación de tormentas en zona montañosa por su rapidez en crearse y sus factores intrínsecos, tales como el granizo, la bajada de temperatura, los fuertes vientos y los rayos.
¿Cuál será la temperatura mínima?
¿Puedo encontrar niebla en el recorrido?
¿Va a hacer viento? Es importante conocer por anticipado la dirección y velocidad del viento, pues esto condicionará la sensación térmica y podrá ser un factor que provoque caídas.
¿Queda nieve en el recorrido? Revisar los boletines nivológicos. Los principales macizos montañosos disponen de ellos. Y recuerda que los agentes atmosféricos influyen en el terreno y, por lo tanto, en la dificultad del itinerario y, tal como se advierte en el punto 2, en el equipo a elegir.
Utiliza servicios de predicción meteorológica rigurosos y, MUY IMPORTANTE, ten en cuenta que tendemos a pensar inconscientemente que las previsiones meteorológicas, cuando no son las idóneas para realizar la actividad deseada, son menos malas de lo que dicen (SE EQUIVOCAN O SON EXAGERADAS). Huye de esta trampa mental. Sé prudente y conservador ante la duda y prioriza tu seguridad en montaña antes que cualquier impulso.
4- Conoce tus límites
La aproximación progresiva a las actividades nos ayuda a autoconocernos. Por eso, antes de elegir e iniciar la actividad, debes hacerte las siguientes preguntas:
¿Qué nivel de dificultad tiene la actividad que vamos a hacer?
¿Todos los integrantes del grupo están por encima de las exigencias de la actividad?
¿Hay alguien que tenga condiciones médicas que mermen sus capacidades normales? Un simple constipado o una predisposición alérgica a ciertas plantas en situación de floración pueden reducir tu capacidad de atención y tu nivel de condición física normal.
5- Deja dicho a alguien dónde vas
Hazte la siguiente pregunta antes de salir: ¿Me echaría de menos o podría ayudarme alguien si estoy solo? Y esta otra: ¿de cuánto tiempo dispongo para recibir ayuda?
Antes de salir a hacer la actividad, comunica a alguien responsable los siguientes datos:
- Fecha y hora de salida, así como de llegada.
- Detalles de cómo contactar contigo directamente.
- Modelo y matrícula de tu coche y lugar en donde lo vas aparcar.
- Explícale la ruta sobre mapa y déjale el track si es posible.
- Déjale los lugares de pernocta durante el itinerario.
- Si vas en grupo, dale los detalles de éste.
Para terminar, nunca olvides a tu feliz regreso de avisar a la persona de contacto.
Las cordilleras, sierras o macizos montañosos de la naturaleza siempre encierran peligros, imprevistos que pueden convertir un maravilloso día en una jornada desagradable. Pero si tienes claro que tu seguridad en montaña depende en gran medida de ti mismo y cumples la mayoría de los anteriores puntos, será complicado que pases a engrosar las estadísticas de accidentes.
En última instancia, si a pesar de todos los desvelos y previsiones, aún así acontece algún tipo de eventualidad irremediable, contar con un buen seguro de montaña podrá librarnos de muchos quebraderos de cabeza.
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